Para cualquier chica o novia que está preparando su boda el vestido de novia es un tema trascendental.
En esta ocasión reseñamos algunos factores que se deben tener en cuenta al elegir el vestido para el próximo casamiento, ese mágico acompañante que nos hará sentir que el sueño se convierte en realidad.
En primer lugar, si quieres comprarte, probarte o simplemente inspeccionar algunos vestidos de novia, es fundamental que no concurras sola a la tienda o modista donde se encuentren algunos modelos en exhibición. Una de las tareas que la tradición y el protocolo de bodas establecen para las Damas de Honor o Madrinas -al menos para la Principal- es acompañar a la novia a elegir el vestido que va a comprar para su tan importante casorio.
Es cierto que toda chica ya tiene en mente un tipo o modelo de vestido de novia, pero no hay nunca que descartar la posibilidad de encontrar un vestido ideal inesperado. En ese sentido, es siempre bueno buscar, probarse y evaluar cada modelo o variante que podamos llegar a tener en nuestras manos y, naturalmente, despierte nuestro interés.
Cuando te pruebes un vestido de novia siempre es bueno que te acompañe y vea también -y que le concedas libertad para opinar- tu madre, alguna amiga de confianza o aunque sea, si no se dispone de tiempo, alguna compañera de trabajo. La opinión del otro siempre cuenta, pues posee una perspectiva y una interpretación menos comprometida emocionalmente, por lo que podrá siempre advertir un detalle que a la futura esposa se le escapa, y no hay que olvidar que cada vestido de boda es un mundo.
La posibilidad adquirir de un vestido diseñado especialmente quedará enteramente sujeta a la capacidades económicas de la novia (o del novio), ya que suelen ser costosos.
Recuerda que, una vez que te hayas probado el vestido, debes moverte con él, probarlo no es sólo colocártelo sobr el cuerpo, sino asegurarte de que te permite caminar cómoda (el camino hacia el altar siempre acarrea nervios y un fuerte peso emocional, por lo que un vestido incómodo podrá arruinar un momento mágio y único en la vida de cualquier mujer). Recuerda moverte, estirar los brazos, agacharte un poco y principalmente caminar con el vestido para asegurarte de que será el que mejor se adapte a tu cuerpo y un buen aliado en tu boda.
Asimismo, es importante y un buen consejo para tener en cuenta antes de comprar el vestido de novia advertir si es transparente y en qué partes. Una inspección a la luz natural, siempre ayudada por alguna futura dama de honor, una madre o una amiga, servirá para ver si posee transparencias, que muchas chicas que van a casarse prefieren evitar.
La luz natural podrá también hacer evidente cuál es exactamente el color del vestido. No es necesario aclarar que una leve variación en el color hará que el vestido de novia se vea de modo diferente, lo que no suele ser un detalle menor a tomar en consideración para una circunstancia tan supremamente importante en la vida como es el casamiento.
Es aconsejable también que si ya tienes los zapatos con los que concurrirás a la ceremonia nupcial, puede ser altamente provechoso que los lleves cuando te vas a probar el vestido de novia para tener un detalle exacto del largo del mismo. Alternativamente, busca algunos zapatos con un alto de taco similar al que usarás al casarte.
Antes de comprarlo, tómate un tiempo, aún si crees que has encontrado el vestido de tu vida, el vestido de novia soñado. En todo caso, consulta todos los detalles con quienes te asisten y aconsejan habitualmente y luego retorna al negocio o modista.
Es también, en este sentido, dejar de lado las expectativas y la emoción por un momento para establecer con claridad con el vendedor las condiciones y plazos de pago del vestido y fundamentalmente de entrega del mismo.
Es muy común que un vestido de novia deba sufrir algunos arreglos: sé clara en decirle a la modista, empleada de boutique o sastre qué debe modificar exactamente de tu futuro vestido para el casamiento y cómo.
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